Nacido
en la localidad suiza de Neuchátel, Abraham Louis Breguet
es considerado como el genio más grande de la relojería,
autor de obras perfectas que continúan animando a los actuales
artesanos de la relojería de élite por la pasión
y el talento que desprenden.
Breguet
desarrolló su carrera profesional en París, donde creó
extraordinarios relojes, pendoleta y cronómetros de impecable
ejecución. Sus innovaciones técnicas todavía perduran
hoy, como las agujas "pomme", o el acanalado de las cajas, una de las
señas de identidad de la casa, al igual que el guilloché
de sus esferas, que exhibe un delicado adorno de líneas entrecruzadas
con perfecta simetría y que confiere al reloj un inconfundible
toque de distinción.
El espíritu
tradicional y un sentido único del acabado están presentes
en cada parte de un reloj Breguet, desde su movimiento o sus cajas hasta
las esferas y brazaletes. Los descendientes de Abraham Louis Breguet
perpetúan la gran tradición artesanal de la firma con
la misma devoción que ayer, pero con el más puro estilo
de una época intemporal. De la exquisita maestría de Breguet
son ejemplo los maravillosos esqueletos tourbillón, repetición
de minutos, calendarios perpetuos, cronógrafos, relojes de bolsillo
y una gran variedad de obras de arte manufacturadas, talladas, cinceladas
y esculpidas a mano.
Más
de dos siglos de destreza relojera se esconden en cada uno de los relojes
Breguet, ya sea un calendario perpetuo con fase lunar, un modelo Quantieme,
un cronógrafo Marine con tres contadores, un reloj de horas saltantes
o los clásicos de señora con diamantes en el bisel. Reyes,
zares y personalidades de todo el mundo han sido encandilados por la
belleza y el ingenio de los relojes Breguet, unas piezas únicas
cuyo valor perdura por los siglos.
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