Bertolucci
da vida al tiempo a través de unos relojes muy expresivos
y personales que recrean la perfección de la naturaleza, en la
que cada objeto tiene un valor propio.
Introducida
en Suiza en 1987, esta firma, que ha demostrado que la relojería
es un arte, es una de las pocas que puede denominarse "Manufacture des
Montres'', ya que conserva el buen hacer artesano de realizar cada pieza
en la propia fábrica. Lo primero que llama la atención
de los relojes Bertolucci
es la sensual suavidad de sus formas redondeadas, que al tacto, gracias
a un pulido a mano, proporcionan una placentera sensación de
terciopelo.
Su
diseño conforma un dibujo que para las mujeres recuerda la feminidad,
pero cuando es un modelo de caballero representa la fuerza. Y la vocación
joyera de Bertolucci la demuestra en la mágica alternancia del
brillo y el mate en sus cajas y brazaletes o en sus piedras preciosas
que brillan con un fulgor muy especial.
La avanzada tecnología también define a Bertolucci, una
marca de rotundo éxito en Europa, Estados Unidos y Extremo Oriente.
Su distribuidora en España es Diarsa, cuyo presidente, Marzio
Villa, destaca que cada uno de estos relojes "es un objeto precioso
en cualquier momento" Ello se demuestra en piezas tan bellas como las
de las líneas Vir, Pulchra y Maris, que pueden ser lucidas "en
la playa o en la ópera", y que siguen un concepto único
a través de una arquitectura sumamente armoniosa. Año
tras año, Bertolucci conserva su vocación relojera pero
con unas creaciones sumamente elegantes y llenas de sutiles curvas.
[ Inicio ]
www.sobrerelojes.com