La
esfera es para el reloj lo que la cara para las personas. Por su aspecto,
la máquina para medir el tiempo adquiere fascinación y
elegancia, mediante que las distintas indicaciones técnicas,
el día del mes, el día de la semana, los contadores para
la cronografía, las escalas para calcular la velocidad, etc,
contribuyen a hacer reconocer a primera vista de que reloj se trata.
A principio de la historia de la relojería, las esferas eran
de hierro; después se utilizaron el cobre, el latón, el
oro, la plata, el nácar, las piedras duras, el platino y los
materiales sintéticos
Arriba,
los diseños de los números romanos modernos, las cifras
góticas y la Breguet.
Básicamente
los relojes analógicos se distinguen por el dial y las manecillas.
Existen relojes cuyas manecillas y/o dial brillan en la oscuridad para
apreciar la hora en lugares con poca luminosidad. Esto se consigue mediante
pintura luminiscente compuesta básicamente por Tritio. El uso
de este isótopo radiactivo del hidrógeno se indica en
el reloj mediante la indicación T o T25 en la posición
de las 6. Las funciones adicionales en los relojes se denominan complicaciones.
Una complicación conocida es la del cronógrafo. Las manecillas
o agujas del reloj pueden tener diferentes formas como la barra, bastón,
Dauphine, Breguet, lanza y esqueleto.
Arriba,
el diseño técnico de la esfera creada por Nathan George
Horwitt, que fue adquirido por el Museo de Arte Moderno de Nueva York
como ejemplo de diseño.